sábado, 12 de marzo de 2011

El nacimiento del lector

Después de leer el artículo del nacimiento del lector, me he dado cuenta de una serie de errores, que todos hemos cometido alguna vez y deberían de corregirse para que los más pequeños puedan disfrutar con la lectura.
Muchas madres se preocupan por las estadísticas; es decir, si un niño no anda con un año, es que le ocurre algo; si un niño no come sólo con 3 años, es que le ocurre algo; si un niño no sabe leer bien con  6 años, es que le ocurre algo…; pues NO. Siento comunicarle a todos los padres que cada niño tiene un proceso evolutivo, unos aprenderán antes y otros después; pero lo que no se puede hacer es “meterle los libros hasta en la sopa”, para conseguir -de una vez por todas- que el niño aprenda a leer.

Muchas veces el problema no está en el niño, sino en los adultos que lo rodean.
Uno de los errores que existen ahora mismo, es el de leer en voz alta, como me dice Mi padre cuando leo; sin embargo yo podré reprocharle, como bien dice Tonucci: “Parece que la lectura mental no vale, como si fuese demasiado fácil.”
Además el leer en voz baja te ayuda a involucrarte más en el cuento, te conviertes en uno de los personajes, lo creas tus propias imágenes e imaginas los colores, las formas, etc…
El libro de lectura es otro de los errores más colosales que nos encontramos día a día en el colegio, puesto que leer todo el mundo el mismo cuento es una manera de quitarle las ganas a muchos niños; seguro que a pocos niños le gusten el mismo cuento y se aburren leyéndolo. Pienso que se debería de dar libertad para que los niños pudiesen leer el libro que ellos quisiesen.
Hay dos cosas que me han gustado mucho del artículo y que me parecen importantes para que el niño pueda tener un interés por los libros:

  1. La manera de que el niño, a través de símbolos, pueda crear su propio cuento, llevárselos a sus padres y que estos sean capaces de leer el cuento que su niño ha creado. Creo que es una manera muy especial y emotiva para el niño, ver como ha creado un cuento que sus padres pueden leer.
  2. El vínculo que se crea si unos padres le lee un cuento a su hijo. Todo padre debería de dejar un poco de su tiempo, para poder leer con su hijo; porque me parece que se crea una gran relacional emocional entre ellos: Yo sin ir más lejos, cuando pienso en mi abuela, me acuerdo de que todas las noches -cuando venía a España- se tumbaba a mi lado y me leía un cuento hasta quedarme dormida en su regazo. 


Con estos consejos, todo niño acabará interesándose por el mundo de la lectura, por si mismo.